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sábado, 18 de agosto de 2012

Acción diferida, política bien intencionada, pero limitada y sin carácter permanente


Es una solución parcial en tanto se define la situación de más de 11 millones de personas sin residencia legal en Estados Unidos, expuso Elaine Levine, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM

La medida de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (Deferred Action for Childhood Arrivals Process), puesta en marcha en Estados Unidos, constituye una acción con buena intención, pero es limitada y no tiene carácter permanente ni definitivo. Representa una solución parcial ante la falta de una reforma migratoria integral que defina la situación de más de 11 millones de personas sin residencia legal en la Unión Americana, aseguró Elaine Levine, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM.
La política —recientemente adoptada por la administración de Barack Obama— está dirigida a jóvenes indocumentados de hasta 31 años. Según datos del Pew Hispanic Center, en este rango hay en total cuatro millones 400 mil individuos en aquel país y sólo un millón 700 mil podrían cumplir con los requisitos establecidos para ser beneficiados con el mecanismo, refirió.
 Al no ser una ley, no significa el acceso a la estancia legal ni está encaminada a crear beneficios o derechos. Representa una especie de garantía de que durante dos años no serán deportados. El texto de la acción establece que puede ser modificada, sustituida por otra o rescindida en cualquier momento, sin notificación, refirió.
No hay que menospreciar la intención de llamar la atención de los estadounidenses respecto al interés de estos jóvenes por estudiar, trabajar e incorporarse de manera productiva a la economía de EU, país que a final de cuentas consideran su hogar, expuso.
La experta señaló que esto demuestra lo irracional y punitiva que es la ley migratoria existente y representa un alivio temporal, al ofrecer algunas opciones a la comunidad de origen latino, que ha demostrado una gran expectativa, reflejada en las enormes filas de jóvenes formados para obtener una solicitud.

Reforma migratoria integral

En 2001, surgió la propuesta legislativa Dream Act (Development, Relief and Education for Alien Minors), orientada a aliviar la situación. Desde entonces, a pesar de haber sido presentada en varias ocasiones, nunca ha obtenido los votos necesarios para ser aprobada por el Congreso de EU.
Levine Leiter recordó que en su gestión, Obama intentó su aprobación. Al no conseguir una reforma integral, optó por la acción diferida —un tipo de actuación ejecutiva a disposición del presidente— para ayudar a los jóvenes conocidos en aquella nación como dreamers.
Al no ser aprobada la reforma integral ni la iniciativa Dream Act, y por la necesidad de demostrar a la población de origen latino su interés en una resolución favorable, el primer mandatario instruyó al Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos a que en sus operaciones considere el entorno familiar y su situación para decidir la deportación de jóvenes indocumentados, explicó.
Para ser incluidos, éstos deberán demostrar, con documentos, su ingreso a la Unión Americana; si son menores de 16 años, residencia durante al menos cinco años antes del anuncio de la disposición, y probar su estancia en el país en la fecha referida.
Además, es preciso que no tengan antecedentes legales, probar su asistencia a la escuela o ser graduados de la enseñanza secundaria, contar con un certificado que lo avale o demostrar haber servido en la Guardia Costera o las Fuerzas Armadas.
La investigadora, adscrita al Área de Estudios de la Integración del CISAN, señaló que en Estados Unidos los jóvenes indocumentados que ingresaron en la niñez al país constituyen una población en crecimiento. Asisten a la escuela por lo menos hasta los 16 años, para después encontrarse en el limbo. Al no haber nacido en la Unión Americana ni tener papeles, muchos no pueden continuar con sus estudios ni trabajar debido a su estatus irregular, detalló.
Ante la negativa de la opinión pública de adoptar una enmienda migratoria integral, al considerarlos sujetos de la ley sin ningún derecho, las acciones legislativas se han centrado en atender a los dreamers, quienes no pueden ser responsabilizados de haber ingresado ilegalmente, puesto que fueron llevados por sus padres.
Aún acotada, al compararla con las propuestas del Dream Act, la Acción Diferida representa un “hilo de esperanza”. Por el momento, los jóvenes no serán deportados, lo que les permite soñar con mejores perspectivas a futuro, concluyó.

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