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miércoles, 9 de mayo de 2018

Descubierto un asteroide exiliado en la periferia del Sistema Solar

Telescopios de ESO descubren un singular y enigmático asteroide que guarda las claves de los turbulentos inicios del Sistema Solar
Un equipo internacional de astrónomos ha utilizado telescopios de ESO para investigar una reliquia del Sistema Solar primordial. El equipo descubrió que el inusual objeto del cinturón de Kuiper, de nombre 2004 EW95, es un asteroide rico en carbono, el primero de su tipo confirmado en la fría periferia del Sistema Solar. Probablemente, este curioso objeto se formó en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter y fue lanzado a miles de millones de kilómetros de su lugar de origen hasta su hogar actual, en el cinturón de Kuiper.
Los primeros días de nuestro Sistema Solar fueron una época turbulenta. Algunos modelos teóricos de este período predicen que, después de que se formaran los gigantes gaseosos, estos arrasaron el Sistema Solar, expulsando pequeños cuerpos rocosos del interior del Sistema Solar hacia órbitas remotas a grandes distancias del Sol [1]. En particular, estos modelos sugieren que el cinturón de Kuiper —una región fría más allá de la órbita de Neptuno— debe contener una pequeña fracción de cuerpos rocosos del interior del Sistema Solar, tales como asteroides ricos en carbono, denominados asteroides carbonáceos [2].
Ahora, un reciente artículo científico ha presentado pruebas de la detección del primer asteroide carbonáceo observado en el cinturón de Kuiper, proporcionando datos que apoyan estos modelos teóricos que hablan de unos inicios tempestuosos en nuestro Sistema. Después de llevar a cabo cuidadosas mediciones con múltiples instrumentos instalados en el VLT (Very Large Telescope) de ESO, un pequeño equipo de astrónomos, dirigido por Tom Seccull, de la Universidad de la Reina de Belfast (Reino Unido), fue capaz de medir la composición del anómalo objeto 2004 EW95 del cinturón de Kuiper, determinando así que se trata de un asteroide carbonáceo. Esto sugiere que se formó originalmente en el interior del Sistema Solar y, desde entonces, debe haber migrado hacia el exterior [3].

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